Las “transiciones energéticas” no son un fenómeno nuevo. De hecho, el mundo ha sido testigo de múltiples transiciones en el último siglo. Pero la que estamos viviendo actualmente es diferente. Esta no está impulsada por cambios en la oferta, sino por una nueva dinámica de la demanda que está preparando el terreno para un sistema energético más diverso, localizado y multicombustible. Ese es el planteamiento que entrega un nuevo estudio de Accenture, según el cual, en la situación actual del mercado, la demanda mundial de energía crecerá 16% durante los próximos 15 años.
Considerando la importancia que tiene la energía en el sector minero, destacamos los resultados de este informe, el cual que la demanda de generación de electricidad crecerá 55%; la residencial 8%; la de vehículos livianos un 2%; la comercial 5%, entre otros sectores medidos.
El informe plantea también que el sistema energético homogéneo al que nos hemos acostumbrado se está volviendo mucho más heterogéneo. El nuevo sistema permitirá a los consumidores aprovechar diferentes fuentes de energía para satisfacer las necesidades de las diferentes industrias y geografías. Diferentes políticas determinarán la viabilidad económica de las acciones las empresas de energía en diversas partes del mundo. Y diferentes tecnologías darán lugar a nuevas oportunidades para para alcanzar los objetivos de equidad, disponibilidad y sostenibilidad de la energía.
Cinco factores clave
Para enfrentar este escenario de forma efectiva y avanzar hacia la transición energética, Accenture plantea cinco factores clave:
-Primero, la industria energética debe dejar de centrarse en la escasez inmediata de suministros y empezar a construir la demanda en los sectores finales y en los de alto crecimiento.
Mariana De Pablo, directora Ejecutiva de Accenture Chile, explicó que “hasta 2025, el gas natural será una importante fuente de energía a medida que las economías se recuperen de la pandemia y se reevalúe la dependencia del gas ruso. A partir de entonces, existe la oportunidad de impulsar la demanda de gas en los mercados emergentes, creando la infraestructura necesaria (por ejemplo, instalaciones de regasificación, gasoductos, etc.) que las economías en desarrollo necesitan para impulsar su transición”.
-En segundo lugar, la industria debe dejar de centrarse en el superciclo del petróleo. De Pablo destacó que “el sector debe empezar a centrarse en el petróleo para todos los ciclos, construyendo el suministro de petróleo de menor costo y de menor carbono”.
-El tercer factor clave son las nuevas tecnologías. Tres tipos de tecnologías sustentan la transformación del mercado energético: soluciones de captura de carbono, soluciones de eficiencia industrial y soluciones de cambio de combustible.
-El cuarto factor clave son el hidrógeno verde y el azul. Mariana De Pablo destacó que “aunque hay muchas opciones de hidrógeno limpio, el hidrógeno azul y el verde tienen grandes ventajas, como su disponibilidad y competitividad a largo plazo en un entorno de altos impuestos sobre el carbono. La elección entre hidrógeno azul o verde depende principalmente de los precios del carbono y del gas natural, y del costo de generación de cada tipo de hidrógeno”.
-El quinto factor clave es son los biocombustibles. La mayor parte del debate sobre el sector del transporte se centra en la electricidad y la creciente popularidad de los vehículos eléctricos (VE). Sin embargo, el análisis muestra que, a medio plazo (2025-2035), los biocombustibles serán los verdaderos ganadores en lo que respecta a la demanda de combustibles descarbonizados.
Mariana De Pablo concluyó que “la industria de energía se encuentra en un momento crucial. La transición energética está obligando al sector a reevaluar cómo van a competir y el papel que desempeñará en el nuevo sistema energético. Con estos cinco factores clave, la industria de energía puede avanzar de forma más rápida y efectiva hacia un sistema energético inteligente, que responda a la demanda, al mismo tiempo que protege el medioambiente”.
Acceda al estudio en este link.