Ante la meta de descarbonización global, y el compromiso que las compañías mineras han suscrito voluntariamente para reducir su huella de carbono entre 2030 y 2050, se abren inquietudes sobre cuáles son los requerimientos necesarios para lograr este desafío y los que ellos conllevan para cubrir la mayor demanda de energía que se proyecta para el suministro del sector minero.
Frente a ello, el Project Manager de Black & Veatch, Sergio González Arraño, conversó con MINERÍA CHILENA, analizando cómo progresa la industria en este camino. Destaca que «para que la agenda de descarbonización y el uso eficiente de energía se materialice, es necesaria la inversión en etapas de estudio y planificación que permitan a las compañías mineras implementar mejoras y cambios en su actual gestión de recursos».
En cuanto a los desafíos que se imponen en el camino a la energía limpia, el ejecutivo señala que «muchas de las tecnologías que van a contribuir a reducir la huella de carbono están en proceso de desarrollo o etapas tempranas de implementación, por lo que debemos esperar a su maduración y que las compañías mineras puedan validar su uso en operaciones».
¿Cómo ha avanzado el sector minero hacia la descarbonización y la planificación para la incorporación de energía limpia y cómo se ha integrado el uso de éstas en la industria?
La industria minera sigue avanzando en el desarrollo de iniciativas y proyectos que contribuyen a la descarbonización de sus operaciones. A nivel de gobierno, Chile está realizando importantes avances para reemplazar la matriz de generación energética a partir de combustibles fósiles por energías limpias, y la nueva Ley de Cambio Climático apunta también en esta dirección. Sin embargo, el uso de combustibles fósiles continúa siendo la principal fuente para generación de energía.
Las compañías mineras se han suscrito voluntariamente a compromisos para reducir su huella de carbono entre 2030 y 2050. Esta meta considera, al menos, los alcances 1 y 2 definidos por el GHG (Green House Gas) Protocol, que incluye la generación de energía propia y la de proveedores directos.
Pese a que gran parte de las compañías mineras persiguen objetivos similares en cuanto a descarbonización apuntando a carbono neutralidad, no existe un enfoque único o receta probada para lograr esta meta, pues los requerimientos que tiene cada operación son distintos y por tanto se deben contemplar soluciones a medida.
Las mejoras aplicadas hoy en día a respecto a la eficiencia en operaciones del sector minero están contribuyendo a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero al reemplazar parte de las fuentes de energía fósiles (como Diesel y/o carbón que son entregadas en su mayoría por el Sistema Interconectado Central) por fuentes renovables. El incremento en la eficiencia de las operaciones mineras se asocia también al uso de nuevas tecnologías y la digitalización de las operaciones para una mejor gestión de activos. Estas mejoras permiten un uso más eficiente de la energía y contribuyen también a los objetivos de descarbonización.
De manera indirecta, un mejor uso de los recursos hídricos en las operaciones mineras puede contribuir también a los objetivos de descarbonización y mejor uso de la energía. Por ejemplo, el suministro hídrico de operaciones mineras en el norte de Chile contempla el transporte de agua desde zonas con mayor abundancia de este recurso que se encuentran lejanas a las operaciones, demandando un alto consumo energético que se puede reducir al contar con una mejor gestión de recursos en la operación. Con iniciativas que apunten a mitigar pérdidas de agua, el reúso de efluentes y de agua contenida en depósitos de relaves, es posible reducir el consumo de agua fresca y de esta manera obtener ahorros en materia de energía asociados al transporte y tratamiento de agua.
La incorporación de vehículos eléctricos e impulsados por celdas de hidrógeno verde están teniendo una mayor relevancia en el sector minero. La electromovilidad también aportará a los objetivos de sustentabilidad de la industria. En este ámbito, el desarrollo es todavía incipiente y no se ha constituido una industria de suministro que permita llevar a escala mayor los desarrollos que se encuentran actualmente a escala piloto de electrolineras e hidrolineras. Pese a ello, nuestra impresión como consultores es que los esfuerzos van en la dirección correcta y que en medida que estas primeras iniciativas obtengan un buen resultado, podrán establecer precedentes para que más compañías del sector minero inviertan en estas soluciones y se pueda generar una tendencia.
Para que la agenda de descarbonización y el uso eficiente de energía se materialice es necesaria la inversión en etapas de estudio y planificación que permitan a las compañías mineras implementar mejoras y cambios en su actual gestión de recursos. En este sentido, los programas de descarbonización en todos los niveles requieren una comprensión de cómo las tecnologías heredadas, las nuevas y las que pronto se encontrarán disponibles en el mercado pueden funcionar en conjunto. El esfuerzo a destinar en las etapas de planificación de la agenda de descarbonización debe involucrar a distintos actores, incluyendo la cadena de proveedores y prestadores de servicios con el objetivo de que la incorporación de nuevos planes de gestión y tecnologías sea llevada a cabo de manera eficiente y sin sobresaltos.
En resumen, al adoptar fuentes de energía con un menor impacto ambiental y optar por tecnologías y modelos de gestión de recursos más eficientes, es posible avanzar en los objetivos de descarbonización y lograr resultados en materia de eficiencia energética. Como el uso de fuentes de energía fósiles forma parte relevante de la cadena de suministros del sector minero, es un desafío mayor el apuntar a metas de carbono neutralidad en el corto y mediano plazo, para tal efecto resultará necesario un mayor esfuerzo y colaboración que contemple la participación tanto de la industria minera, como de empresas proveedoras y del Estado.
¿Cómo contribuyen las empresas proveedoras y asociadas a la minería a lograr la meta de la descarbonización?
Las empresas proveedoras pueden contribuir directa e indirectamente en el cumplimiento de las metas de descarbonización de la industria minera. En forma directa contribuyen a facilitar el cambio con el desarrollo y suministro de tecnologías más eficientes y con experiencia en el desarrollo e implementación de proyectos asociados al uso de fuentes más limpias de energía y uso más eficiente de los recursos. En la medida en que los proveedores incorporen metas de descarbonización en sus propias operaciones y cadenas de suministro, también contribuirán al cumplimiento de los objetivos de la industria minera de manera indirecta.
¿Qué metas destacaría que se ha fijado la industria minera en Chile para el corto, mediano y largo plazo en esta temática?
Como contexto, el sector minero en Chile contribuye en forma importante a la emisión de dióxido de carbono (CO2) a escala nacional. Alrededor del 30% de la electricidad se utiliza para abastecimiento de faenas mineras, siendo fundamental para la extracción, procesamiento de minerales y suministro hídrico de las operaciones. Un 40% de la energía eléctrica es generada en base a carbón, y el suministro eléctrico que se encuentra disponible para gran parte de la minería proviene de empresas generadoras que emplean fuentes de combustible fósiles. Por tanto, cualquier cambio que permita prescindir de fuentes de carbono en la matriz energética resulta fundamental para el cumplimiento de las metas de descarbonización del sector minero y como país.
En los últimos años, la demanda energética del sector minero ha aumentado anualmente un promedio de 4%. A pesar de que los procesos de producción tienen un notable potencial de ahorro y de que Chile depende casi completamente de las importaciones de petróleo, gas natural y carbón, los planes concretos para la implementación de medidas de eficiencia energética han jugado un rol minoritario.
En la actualidad la Ley de Eficiencia Energética pretende aplicar medidas de ahorro energético a los mayores consumidores de energía del país, incluyendo al sector minero. Este desarrollo adquiere un empuje adicional a través de Plan de Acción Nacional de Cambio Climático (PANCC 2017-22), la discusión sobre las metas ambiciosas en materia de protección climática (NDC) y el compromiso de Carbono Neutralidad que tiene nuestro país.
Actualmente hay varias iniciativas que se están llevando a cabo para reemplazar el uso de combustibles fósiles e implementar flotas de vehículos eléctricos o que permitan el uso de hidrógeno como combustible. Muchas de estas iniciativas están todavía en etapa de planificación o a escala piloto.
A mediano plazo, la expectativa es ver una mayor incorporación de flotas eléctricas para vehículos ligeros y buses de transporte.
En el largo plazo se espera una mayor incorporación del uso de hidrógeno y electricidad para vehículos de mayor tamaño que son parte de las operaciones mineras. Como complemento de estas iniciativas se espera que haya un desarrollo de proyectos de generación de energía que permita el reemplazo de combustibles fósiles para el suministro de las operaciones mineras.
Hoy en día, las empresas mineras tienen una gran oportunidad de contribuir directamente a la transición energética verde al proporcionar muchas de las materias primas que se encuentran en la parte superior de la cadena de valor: cobre, litio, cobalto y níquel. Además, si producen estos materiales con una menor huella de carbono, es probable que puedan cobrar un precio considerablemente superior. La cuestión ya no es si las empresas mineras deben o no perseguir la descarbonización, sino cómo hacer que la descarbonización sea rentable desde el punto de vista medioambiental y financiero. Es por lo anterior que en Black & Veatch estamos orientados a acompañar a nuestros clientes en la ruta de la transición energética con planes a su medida y necesidades.
¿Cuáles son los principales desafíos que implica el camino hacia esta meta?
Muchas de las tecnologías que van a contribuir a reducir la huella de carbono están en proceso de desarrollo o etapas tempranas de implementación, por lo que debemos esperar a su maduración y que las compañías mineras puedan validar su uso en operaciones.
Otro desafío es la instauración de cadenas de suministro para las nuevas tecnologías que se encuentran en desarrollo, así como también el desarrollo de la infraestructura que podrá facilitar su incorporación a las operaciones mineras, lo que podría también incluir el desarrollo de nuevas plantas de generación de energía para el reemplazo de los combustibles fósiles. Se requerirá el desarrollo de infraestructura para generación de energías limpias a gran escala para reemplazar las generadoras que emplean combustibles fósiles y para cubrir la mayor demanda de energía que se proyecta para el sector minero.
El Estado también juega un rol importante y puede facilitar la adopción de tecnologías sustentables promoviendo un marco regulatorio que fomente el desarrollo proyectos que ayuden a descarbonizar la matriz energética, incentivar un mejor uso de los recursos, el desarrollo de industrias locales que contribuyan a la cadena de suministros, generar incentivos para la inversión, entre otras medidas.