En la visión del Idiem, los incendios representan uno de los mayores riesgos –sino el mayor– para las operaciones en minería. Si bien las empresas cuentan con planes para prevenir los potenciales daños a las personas y las maquinarias, y que el fuego interrumpa la producción, la industria aún tiene mucho por avanzar en este aspecto, aseguró Paula Araneda, especialista de esta entidad, que fue parte de Expo Fuego, un encuentro internacional que se realizó en Santiago, en el que se dieron a conocer diversas soluciones vinculadas a dicho ámbito.
En ese contexto, desde la institución detallaron que una de las causas más habituales es la ocurrencia esporádica de siniestros en las correas transportadoras, como resultado de la ficción de los polines, la ignición de grasas lubricantes, el desgaste y la falta de revisión de la propia cinta o las acumulaciones de polvo de combustible. En general, los incendios pueden derivar en paradas de producción de corto y mediano plazo, daños a los trabajadores y enormes costos económicos por primas de seguro, reposición de instalaciones o indemnizaciones, destacaron.
Al respecto, Araneda precisó que a través del desarrollo de simulaciones computaciones es posible verificar el desempeño de la organización en aspectos como la evacuación de personas, el cuidado de los activos, la clasificación de áreas y la dinámica de propagación del fuego. Todo esto con el objetivo de mejorar la información para la toma de decisiones.
En esa línea, afirmó que “las herramientas más avanzadas como las simulaciones computacionales o las metodologías de cálculo avanzadas, permiten desarrollar estudios prestacionales, donde el objetivo va mucho más allá de demostrar el cumplimiento o no de una norma o regla, sino que va en búsqueda de demostrar si se logran los objetivos reales del diseño, como por ejemplo: lograr la extinción, evitar muertes o mantener la operación”.
Cultura preventiva
Paula Araneda explicó que fortalecer la prevención contra incendios en la industria minera es un camino con múltiples aristas.
En primer lugar, resolver brechas de gestión organizacional, y potenciar la presencia de profesionales en puestos de liderazgo que conozcan el tema, además de contar con objetivos concretos y monitorear su cumplimiento. También recomendó realizar de manera periódica inspecciones y evaluación de riesgo, con el objetivo de mantener la instalación en su mejor estado; en este sentido los planes de mantención y prevención de fuego son fundamentales, aseguró.