La Asociación Gremial de Suministradores Técnicos y de Ingeniería para la Minería e Industria (Sutmin) dio a conocer su visión respecto a la decisión de la Empresa Nacional de Minería (Enami) de realizar el cierre anticipado de la Fundición Hernán Videla Lira, en Copiapó.
Al respecto, el director de la institución, Andrés Bezanilla, quien es además socio fundador del gremio y gerente de Bezanilla Ltda, manifestó que “en nuestros 15 años como proveedores de ingeniería y suministradores de equipos para la industria pirometalurgia del cobre y en conocimiento del trascendental anuncio del cierre temporal de la Fundición Hernán Videla Lira en Paipote, lo cual es sin lugar a dudas una decisión relevante para nuestras fundiciones, Enami y el país, nos preocupa de sobremanera la determinación anunciada, dado que uno de los valores más importantes en el éxito de una Fundición son sus operadores, mantenedores y su experiencia, tan importante que son factores que pueden llevar a aumentar la capacidad nominal de una instalación. Perder esto es una tragedia, pues es algo muy difícil de recuperar, y es independiente que se trate de una fundición antigua o nueva”.
En esa línea, el director de la gremial recordó que la Fundición de Paipote estaba trabajando en forma intermitente y/o a baja capacidad de fusión, dados los problemas ambientales producidos principalmente por sus áreas de conversión y el consecuente manejo de sus gases.
En ese contexto, Andrés Bezanilla explicó que “si la fundición sólo produjera Metal Blanco y se apagaran los convertidores P. Smith, se eliminarían sus costos, por un lado, y por otro, se aumentaría su capacidad de fusión, la que se elevaría a niveles que se estiman sobre el 30% logrados actualmente. Con esto, se podría evitar el cierre y la pérdida importante de capacidad humana ya indicada. Así, el Metal Blanco que se produzca puede traspasarse a otras fundiciones nacionales, por ejemplo de Codelco que posee el mismo dueño y su precio es más abordable, utilizando las mismas instalaciones y equipos existentes, o podría explorar su venta como metal blanco en el mercado de exportación, efectuando una inversión mínima para producir Metal Blanco granallado”.
Para el gremio, es contraproducente mencionar que se está “perdiendo dinero” en la actual operación, “sin analizar profundamente esta posibilidad, que no sólo es atrayente socialmente, sino también lo es económicamente. Un producto hoy intermedio, pero de mayor valor agregado que el concentrado dentro de la cadena de valor, que incluso permitirá considerarlo como alimentación para futuros proyectos de fundición”.
En línea con lo anterior, el ejecutivo sostuvo que “el sólo hecho de producir Metal Blanco reduce del orden de 64% del volumen de material granulado a transportar, lo que influye positivamente en la reducción de la huella de carbono en la exportación, la que será cobrada seguramente en un futuro cercano”.
Finalmente, Sutmin afirmó que “como asociación gremial y en conjunto con el Instituto de Ingenieros de Minas y Metalurgia, sugerimos cooperar en el estudio de esta vía alternativa al cierre de la fundición, la que además de ser grave socialmente, es también estratégicamente para nuestra producción de cobre de mina, ya que nos hace depender de los valores que los fundidores cobren por esta maquila, que como bien se sabe, estos valores no están en la bolsa de metales, sino que son una negociación directa entre la calidad del material que pone en venta el productor primario, y la capacidad, equipamiento, know how y expertise de la fundición que lo procesara”.