El relacionamiento comunitario es hoy un pilar fundamental para los diversos sectores productivos en Chile, y el minero no es la excepción.
“En los últimos cuarenta años, la industria minera chilena ha experimentado una importante evolución en la forma de acercarse y generar el diálogo con las comunidades para el desarrollo de proyectos mineros”, así lo recalca la entrevistada de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami).
A la hora de preguntar, ¿Cuál es el momento oportuno de iniciar estos diálogos? ¿Qué características deben tener los equipos que realizan este trabajo en terreno? Carolina Vásquez, gerente de Desarrollo de la Sonami, devela que “antiguamente, salvo contadas excepciones, los proyectos iniciaban sus actividades con un mínimo contacto con las comunidades aledañas y con escasas contribuciones al desarrollo local. En la actualidad, se reconoce la importancia de la vinculación efectiva desde las etapas iniciales de exploración y desarrollo del proyecto, lo cual es fundamental para forjar relaciones de confianza”.
Similar visión tiene Fernando Cortez, gerente general de la Asociación de Industriales de Antofagasta (AIA), quien sostiene que “para ser exitoso en el objetivo de construir confianza, alianzas de colaboración y valor compartido, es clave que este diálogo se realice y se inicie lo más temprano posible. Somos de la idea de que desde el momento en que el proyecto empiece a perfilarse, hay que iniciar estas conversaciones”.
En cuanto a los equipos de trabajo que se relacionan con las comunidades, las empresas suelen designar a ejecutivos o representantes especializados. “Hoy, son muchas las empresas que cuentan con representantes asignados a las labores de relacionamiento. Algunas también disponen de asesorías profesionales que facilitan el desarrollo de estas relaciones, quienes pueden ayudar a entender mejor las perspectivas de las comunidades y viceversa”, así lo deja ver la representante de Sonami.
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