Reducir sus emisiones de CO2 en un 20% hacia 2025, es la meta con la que trabaja Polpaico BSA. Es un objetivo que es parte de su Estrategia de Sostenibilidad y de un trabajo que viene desarrollando en los últimos años, que apunta a disminuir la huella de carbono, a través de mejoras continuas en el proceso productivo.
En ese camino, la compañía anunció un nuevo paso. Tras asociarse con la empresa canadiense CarbonCure Technologies, comenzará a producir hormigón premezclado con huella de carbono reducida. Se trata de una tecnología que permite inyectar emisiones de dióxido de carbono (CO₂) residuales en el hormigón durante la mezcla, convirtiéndose químicamente en un mineral que se elimina permanentemente de la atmósfera. El CO₂ mineralizado aumenta la resistencia del hormigón y permite la optimización de las formulaciones de hormigón sin sacrificar la resistencia ni otras características del producto.
Polpaico BSA ya echó a andar este sistema en sus plantas La Divisa y Lonquén de la Región Metropolitana, y cubrirá el 80% de sus operaciones en la capital durante 2022, y extenderse a Concepción y a la Región de Valparaíso hacia fines de este año. Se suma así a un proyecto que está funcionando en más de 450 plantas en Canadá, Estados Unidos, Sudeste Asiático y Latinoamérica, donde se han reducido a la fecha más de 130.000 toneladas de CO2, equivalente a eliminar 28.000 autos de las carreteras en un año.
“En Polpaico BSA apuntamos a una Vida Mejor y estamos conscientes de nuestra responsabilidad de gestionar la huella en nuestra compañía. Por eso estamos dando este paso, que es parte de nuestros desafíos con miras a 2025, donde el tema de emisiones es clave, junto con potenciar la economía circular, el ahorro energético e hídrico y la búsqueda de soluciones innovadoras para ofrecer cemento y hormigones sostenibles”, destacó Andrés Pérez Algarra, gerente comercial de Polpaico BSA.
Avanzar hacia soluciones efectivas en la mitigación y adaptación al cambio climático es el foco de Polpaico BSA. La compañía fue la primera cementera en Chile en adherir a la campaña global Race To Zero, que tiene como foco impulsar la transformación hacia una economía descarbonizada, con cero emisiones netas de carbono al 2050. Otros pasos han sido el coprocesamiento para transformar los residuos industriales en combustible alternativo o el abastecimiento eléctrico, a través de energías renovables y la utilización de materias primas alternativas provenientes de residuos de otras industrias.