Entre los diversos abordados por el estudio “Proyección del consumo de energía eléctrica en la minería del cobre 2021-2032”, elaborado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), destaca el hecho que para para satisfacer el consumo eléctrico esperado de la minería cuprífera durante dicho periodo, se requerirá agregar una capacidad de generación eléctrica de 1.154 MW hacia el año 2032, esto en medio de las acciones que apuntan a la descarbonización de la matriz energética nacional.
Al respecto, Rosana Brantes, analista de Estrategias y Políticas Públicas de Cochilco, comenta que en el sector minero se ha producido un uso gradual de las energías renovables “precisamente por la intermitencia, el bajo factor de planta de estas energías renovables, más limpias. Por ello, resulta clave el desarrollo del almacenamiento, a medida que vaya desarrollándose las energías renovables van a ir subiendo sus factores de planta, van a poder suministrar sin tanta intermitencia”.
La especialista menciona que “hay varios proyectos de descarbonización, habían algunos más radicales, de cerrar algunas plantas termoeléctricas a 2025, mientras que hay otros más graduales. Yo creo que más acorde a la realidad del mundo, al desarrollo de estas tecnologías, debería ser la opción gradual. Hoy en día se deben complementar, pero su desarrollo hoy día es cada vez más acelerado”.
Con miras a estos objetivos, la especialista destaca “la flexibilidad de nuestra matriz, la integración de estas energías”, resaltando en esa línea “la interconexión, la creación del Sistema Eléctrico Nacional, esto le da flexibilidad al sistema, y te permite una integración, también trabajar y abordar los temas de congestión en la transmisión”.
Junto con ello, manifiesta que es necesario “el desarrollo de capital humano, porque todos estos trabajos requieren instalación, mantención, desarrollar las tecnologías, y la integración”.
“Hoy día tenemos que complementar, con las energías convencionales”, asegura la especialista de Cochilco.