Desarrollar e incentivar una minería sostenible en Chile es el camino para reducir el impacto ambiental del sector y contribuir a enfrentar el cambio climático. Sobre esta base, los desafíos del sector minero apuntan no sólo a una minería amigable con el medio ambiente, sino también, comprometida con sus habitantes y sus territorios aledaños a operaciones mineras.
En esta esta línea, el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, Miguel Herrera Marchant, explica a MINERÍA CHILENA los ejes en que se debe avanzar para lograr una minería sostenible en Chile,destacando que “un eje significativo es la implementación de todas las regulaciones internacionales existentes e incorporar políticas de sanciones más efectivas y eficaces de tal manera que el compromiso de las empresas sea apuntar a estándares operacionales de una minería verde”.
Entre los avances que se han presentado en esta senda, el académico hace referencia sobre que “se han incorporado energías renovables no convencionales en varias operaciones del norte del país, además de las inversiones que se han realizado para suplir la demanda por recursos hídricos, mediante tecnologías que permiten desalinizar agua de manera más eficiente“.
¿Qué estrategias destaca a nivel nacional?
Las empresas que operan en Chile han optado por diferentes estrategias para evaluar la sostenibilidad de sus operaciones y que incluyen monitoreo, medición y trabajo conducente a mejorar varios índices o métricas claves de desempeño ambiental. Las métricas claves apuntan al consumo de recursos, minimizando los efectos sobre la comunidad, la biodiversidad, la contaminación y el cierre y la recuperación de los sitios donde hubo operaciones mineras y que ya han cumplido el ciclo de producción.
¿Cómo considera que se están abordando los retos ambientales en el desarrollo de la Política Nacional Minera 2050?
Esta política establece que el país deberá ser y seguir siendo en el futuro, líder en operaciones mineras responsables y sustentables con estándares de clase mundial. Se declara la intención de ser gestores eficientes y eficaces en el consumo de recursos hídricos y energéticos; salvaguardando la biodiversidad territorial y el desarrollo y crecimiento de las comunidades y territorios.
A su juicio, ¿cuáles son los ejes a los que se debe apuntar para lograr una minería sostenible?
De acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas y los principios del derecho internacional, todos los países que explotan sus propios recursos poseen el derecho a aplicar sus propias políticas ambientales y tienen la responsabilidad de garantizar que las actividades no causen daños al medio ambiente de otras áreas más allá de los límites de la jurisdicción. El cumplimiento de estos principios es un eje clave para encaminarse hacia una minería sostenible y sustentable.
Además, otro eje significativo en importancia es la implementación de todas las regulaciones internacionales existentes e incorporar políticas de sanciones más efectivas y eficaces de tal manera que el compromiso de las empresas sea apuntar a estándares operacionales de una minería verde.
Tanto Codelco Chile como Antofagasta Minerals ya han incorporado el sello de “Copper Mark” y de este modo todas sus operaciones cuentan y contarán con altos estándares de sustentabilidad.
Un aspecto clave para el desarrollo sostenible es integrar a las comunidades en la toma de decisiones; en este sentido, la mayor parte de las empresas de la gran minería han realizado un trabajo sostenido y fructífero hace ya dos décadas. Hacer que las comunidades sean participes de los beneficios del negocio es otros de los desafíos relevantes que debe enfrentar el sector.
¿Cuáles cree que son los desafíos técnicos que implica desarrollar una minería sostenible en Chile?
Cada vez más empresas mineras están aprovechando la oportunidad de incorporar innovaciones en sus operaciones y aplicar herramientas y tecnologías digitales, que potencialmente reducirán las emisiones de CO2 y beneficiarán a largo plazo al medio ambiente y a la comunidad. A modo de ejemplo es la incorporación de energías renovables no convencionales en varias operaciones del norte del país, y las inversiones que se han ejecutado para suplir la demanda por recursos hídricos mediante tecnologías que permiten desalinizar agua de manera mas eficiente.
Un desafío que está muy relacionado con el uso de las nuevas tecnologías se basa en el hecho de que en la actualidad ha surgido un nuevo marco para la minería sostenible que abarca todo el ciclo de vida del material extraído. Este cambio a un marco centrado en el ciclo de vida no solo permitirá la reducción de los principales impactos ambientales asociados con el aumento de las operaciones mineras, los insumos, y el cierre, sino que también extenderá la vida útil de las reservas y recursos minerales existentes. Algunas de las formas en que se puede lograr este cambio hacia un enfoque en el ciclo de vida de los materiales es a través de la incorporación de análisis y conceptos de flujo de materiales en la planificación y las políticas de los sectores público y privado, así como también mejorando la recolección y el reciclaje a través del diseño para la recuperación, el reciclaje centrado en el producto y la responsabilidad extendida del productor, entre otros enfoques.