Se espera que al 2034 el agua de mar represente el 69,8% del abastecimiento de agua que requerirá la minería del cobre para sus procesos productivos. La demanda de electricidad crecerá 31,4% en 2034 versus un 20,7% de aumento en la producción de cobre en el mismo periodo analizado.
La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) dio a conocer este jueves las principales conclusiones de los informes “Proyección de Consumo de Agua y Electricidad en la Minería del Cobre para el periodo 2023 y 2034”.
La actividad, realizada en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Central de Chile, contó con la participación del vicepresidente ejecutivo de Cochilco, Joaquín Morales; el director de la carrera de Geología de dicha Casa de Estudios, Felipe Contreras; de la directora de Estudios y Políticas Públicas de Cochilco, Patricia Gamboa; y de los analistas Sergio Verdugo y Ronald Monsalve de la Institución. Asistieron estudiantes, académicos y representantes del sector minero.
En su intervención, el vicepresidente ejecutivo de Cochilco señaló que estos estudios son dos trabajos estratégicos que elabora la Institución hace 10 años y que tienen una importante gravitación en el sector ya que son insumos críticos fundamentales para el desarrollo de la actividad minera.
Asimismo, tener en perspectiva cómo será el comportamiento del consumo de agua y energía en la minería del cobre en el país es un factor importante a considerar para la formulación de políticas públicas así como para conocer los esfuerzos que están realizando las empresas para operar sustentablemente.
Consumo de agua y electricidad en la minería del cobre
Respecto a la proyección de consumo de agua en la minería del cobre, el analista Sergio Verdugo sostuvo que para el año 2034 se prevé que la demanda llegará a 23,7 m3/s, con una tasa de crecimiento promedio anual de 2,3%. Esta cantidad es un 30,9% más que lo registrado en 2022.
Explicó que esta proyección es reflejo, en parte, del cambio de la matriz de producción hacia los minerales de sulfuros, los que son procesados a través de la flotación, proceso más intensivo en el uso de agua. Además, se debe considerar que la caída en las leyes de los minerales de cobre hace necesaria una mayor cantidad de agua en su procesamiento para lograr mantener el nivel de producción.
En relación a la situación de demanda esperada de agua de origen continental para el 2034, el analista señaló que se prevé alcance los 7,15 m3/s, lo que representa una disminución de un 39,0% respecto al consumo real de agua continental del año 2022 en la minería del cobre. En contrapartida, se prevé que demanda de agua de mar llegue a 16,53 m3/s en 2034, lo que significa un aumento cercano al 157,0% en relación al 2022.
“Se espera que al 2034 el agua de mar represente el 69,8% del abastecimiento de agua para suplir la demanda por parte de la minería del cobre”, precisó.
El analista Ronald Monsalve, quien entregó los resultados del informe de energía eléctrica, señaló que la demanda de este insumo crecerá desde 26,0 TWh en 2023 hasta 34,2 TWh en 2034 lo que representa un incremento del 31,4% versus un 20,7% de aumento en la producción de cobre en el mismo periodo analizado.
Explicó que esta alza esperada en el consumo en relación a la producción responde a factores estructurales de la matriz productiva de la industria., dentro de los cuales destacan: el alto crecimiento en la producción de concentrados en desmedro de cátodos. Dado ello, se prevé que el proceso de concentración, que por sí solo consumirá 20,2 TWh en 2034, representará el 58,9% de la electricidad del sector.
Añadió que el consumo energético para desalación e impulsión de agua de mar es otro proceso para el cual se proyecta un alza importante, pasando de 2,98 TWh en 2023 (11,4% del total) a 6,5 TWh en 2034 (19,0% del total), convirtiéndose en el segundo proceso de mayor intensidad de consumo eléctrico.