Como punto de partida de cada proyecto minero, la identificación de los recursos y reservas es algo crítico, una tarea que depende de las condiciones en que se realice la etapa de exploración.
Al respecto, son diversos los factores que debe considerar el desarrollador al momento de planificar una campaña de sondaje. “En primer lugar, los objetivos de los sondajes, el alcance de la campaña y el financiamiento disponible. Así mismo, se deben tener aseguradas las concesiones mineras que amparan el área de interés prospectivo y sus alrededores, en cuanto a que estén vigentes y se tenga dominio sobre el título de las mismas. Además, es necesario tener expedito el acceso a los lugares donde se construirán las plataformas de perforación y los permisos necesarios para realizar esa faena”, explica Juan C. Marquardt, profesor de Geología de Minas de la Universidad Santo Tomás.
Esto es complementado por Luciana Lugones, Customer Success Geologist de Mineral Forecast, quien detalla que en general las variables a considerar podrían verse desde dos aristas: “Por un lado, todo el proceso de análisis de la información geológica, geofísica, geoquímica y estructural disponible para delimitar zonas de mayor interés, y, por otra parte, toda la viabilidad de generar perforaciones en dichas áreas. Pueden haber targets muy prometedores según lo estudiado y observado en terreno pero, finalmente, por cuestiones más bien de logística, como la accesibilidad de máquinas, cobertura vegetal de terreno, permisos sociales- ambientales, no es un target viable”.
Por su parte, Fernando Riquelme, Regional Director Drilling services LAM de Boart Longyear, recalca que “no siendo nosotros los desarrolladores, sino que proveedores principales de esta industria, podemos decir que entre las principales variables a considerar para la planificación de una campaña de sondaje están la seguridad de las personas, el impacto a las comunidades y medio ambiente y, como siempre, los costos totales, directo e indirectos”.
Al respecto, hace hincapié en el hecho que “como las ubicaciones de los minerales están en lugares remotos, de difícil acceso o biodiversidad frágil, se requiere buscar equipamiento móvil, de bajo impacto al medio ambiente y que requiere de menor cantidad de personal para la operación para disminuir campamentos y el impacto que personas ajenas a las comunidades. Además de buscar maneras que el producto de la exploración pueda entregar la información de manera más rápida y con menor cantidad de transportes logísticos”.
Ante dicho escenario, “nuestra compañía ha estado desarrollando equipos de perforación que requieran menor exposición de personas y que, a la vez, el personal no necesite hacer esfuerzos ni esté expuesto a riesgos, lo que ha permitido incorporar personal femenino la operación”, menciona Riquelme.
De igual forma, acota que “la productividad viene de la mano de perforar pozos cada vez más profundos, con un ciclo de tiempo reducido en lo que respecta a manejo de herramientas y con algunas rutinas de perforación semi automatizas como es el movimiento de barras”.
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