El proyecto, que inició su desarrollo hace más de 15 años, apuesta a convertirse en un nuevo paradigma de hacer minería en la zona central del país, considerando las sensibilidades del entorno y los intereses de la sociedad.
Por Paula Chapple
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Los Bronces es uno de los principales yacimientos de cobre que existen a nivel global, que representa el 2,4% de los recursos de cobre conocidos en el mundo. De acuerdo con múltiples estudios, nuestro país, región y territorio en que se emplaza Los Bronces estará afecto a las consecuencias del cambio climático.
Por ello, Anglo American está desarrollando una minería a partir de una mirada ecosistémica del territorio, lo cual incluye: “estrategias para dejar de utilizar agua fresca en el proceso minero hacia 2030, no realizar minería en sectores de glaciares, e impulsar la conservación y gestión de áreas protegidas para generar un impacto neto positivo en biodiversidad a 2030, lo que significa dejar la biodiversidad de una zona en mejor estado que cuando llegamos”, señalan desde Anglo American a revista Nueva Minería y Energía.
Este yacimiento presenta oportunidades únicas de desarrollo, como Los Bronces Integrado (LBI), proyecto de continuidad operacional que reemplazará áreas autorizadas de la mina que presentan baja ley de cobre por sectores contiguos a la operación actual en que se estima la existencia de mayor contenido de cobre, con el fin de sostener los niveles de producción durante la vida útil vigente de la mina (año 2036, de acuerdo con los permisos vigentes).
LBI
Este proyecto fue diseñado considerando una serie de criterios de sustentabilidad que incluyen utilizar la capacidad de plantas y depósitos de relaves actuales, no incorporar más agua fresca al proceso minero, la no afectación de glaciares y de la biodiversidad en zonas protegidas.
Para diseñar un proyecto que conviva armónicamente con su entorno y los intereses de la zona de montaña, “llevamos a cabo un extenso proceso de estudios científicos, acompañado con instancias de diálogo con comunidades vecinas, autoridades, academia y diferentes ONGs, para garantizar que el proyecto priorice criterios de sustentabilidad, incluso por sobre los técnicos-económicos”, cometan desde Anglo American.
A partir de este proceso, el diseño de LBI consta de dos partes: una que da continuidad a la operación actual a rajo abierto y otra nueva, de minería subterránea, considerando, además, el potenciamiento del sistema de agua recirculada.
La parte de rajo abierto fue diseñada alejándose de glaciares, mientras que la parte de minería subterránea se realizará a una profundidad promedio de 660 metros desde la superficie, mediante un método de bloques con relleno, el que será utilizado por primera vez en Chile y ya ha sido implementado con éxito en otros países como Suecia, Canadá, Australia y España. “De esta forma, se asegura la estabilidad del terreno y se evita afectar tanto los ecosistemas de superficie, como el Santuario de la Naturaleza Yerba Loca”, complementa la minera.
El uso de este innovador método minero precisamente privilegia la sustentabilidad de la iniciativa por sobre la rentabilidad, ya que implica dejar de extraer una parte importante del mineral disponible, dejando pilares naturales en el área de la mina que actuarán en conjunto con los rellenos que tendrán las áreas de extracción, y tiene como uno de sus criterios fundamentales la no afectación de los glaciares existentes en torno a la operación.
Para asegurar la consistencia de las predicciones establecidas en los distintos modelos que acompañan al proyecto, durante la construcción, operación y cierre del proyecto, se contempla la realización de una serie de controles y monitoreos que permitan acreditar la no afectación de los objetos de protección ambiental. Asimismo, se consideran planes de alerta temprana, monitoreos participativos y una plataforma pública de información de seguimiento.
Los Bronces Integrado contempla una inversión inicialmente estimada de US$3.300 millones y generará más de 5.000 empleos en sus distintas fases de desarrollo.
Medidas de mitigación
Anglo American ha propuesto una serie de medidas voluntarias que recogen las inquietudes de las comunidades, entre ellas, destacan las siguientes:
El proyecto contribuirá a mejorar la calidad del aire en la región Metropolitana, ya que asumimos el compromiso de compensar el 150% de las emisiones de material particulado del proyecto –por sobre la exigencia legal que es del 120%- lo cual aportará a que Santiago salga de zona de latencia al final de la década, antes de lo previsto, señalan desde Anglo American.
Además, la minera comprometió la pavimentación de 20 km de caminos fuera de la operación, incluyendo el camino público G-245, desde la Ruta G-21 (sector Corral Quemado) hasta el acceso a la operación Los Bronces (sector Las Puertas). Además, se asfaltarán rutas, paraderos de buses, el tramo entre Farellones y el Puente Ñilhue, y la vía de acceso al Fundo Santa Lucía, entre otros. También se pavimentarán caminos locales y áreas operativas vinculadas a la Ruta G-21.
Otra medida importante es la aspiración de polvo cada dos días en la Ruta G-21, y diariamente en otros sectores hasta La Ermita, con el fin de reducir las partículas en suspensión.
Adicionalmente, se sustituirán los buses a combustión por eléctricos, reemplazando 33 buses y siete minivanes, lo que se completará en 2025.
Junto con esto, Anglo American fortalecerá el plan de manejo del Santuario de la Naturaleza Los Nogales e implementará un sistema de alerta temprana.
¿En qué está hoy el proyecto? Tras cuatro años de tramitación ambiental, en abril de 2023, el Comité de Ministros aprobó el proyecto y en noviembre del mismo año se obtuvo la resolución de aprobación oficial. Actualmente, la compañía está enfocada en gestionar los permisos sectoriales específicos necesarios, que suman cerca de 600, al mismo tiempo que avanza en la gestión de compromisos asociados al inicio de operación, asegurando el cumplimiento de las obligaciones adquiridas durante el proceso de evaluación.
Tal como fue establecido durante el proceso de evaluación, el proyecto contempla, como una de sus primeras acciones, la continuidad operacional de las fases superficiales, siendo en primera instancia, el desarrollo de la fase oriente que constituirá el primer hito de ejecución del proyecto (inicio fase de operación). El inicio de este hito está sujeto a la obtención de permisos sectoriales y cumplimiento de parte de los compromisos vinculados a la obtención del permiso ambiental, instancias que se esperan obtener en el corto plazo.