Reducir la huella de carbono se ha transformado en un gran desafío para esta industria que opera en Chile, sobre todo para la gran minería.
Codelco, por ejemplo, se comprometió a bajarla en un 70% en todas sus faenas a 2030; BHP, a disminuir en un mínimo de 30% sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), a nivel global, al mismo año; Anglo American, a alcanzar la carbono neutralidad en todas sus operaciones a 2040; y Los Pelambres a aminorar en un 30% sus emisiones de GEI de alcance 1 y 2 a 2025.
Además, éstas y otras compañías del sector se han fijado metas para ir disminuyendo progresivamente las emisiones de material particulado y de otros gases.
Miguel Herrera, director de la carrera de Ingeniería Civil en Minería de la Universidad Adolfo Ibáñez, sostiene que en los últimos 3 a 4 años, el sector ha reducido sus emisiones indirectas de GEI, “mientras que las directas se han mantenido relativamente constantes. Se espera que estos indicadores de GEI disminuyan en forma sostenida en el mediano a largo plazo gracias a la incorporación de energías renovables, a los procesos y a la transición energética”.
Inversión en Tecnologías
El especialista valora, asimismo, la incorporación en las faenas de distintas medidas y tecnologías para el abatimiento de polvo y así controlar la generación de material particulado. A saber: humectación de caminos; cañones de neblina; aplicación de espuma humectante en chancado, stock pile y correas; y encapsulación de correas y stock pile a través de domos. También destaca el uso de modelos predictivos de emisión de material particulado y la instalación de redes de monitoreo en línea.
En la firma consultora Minería y Medio Ambiente (Myma) aseguran a MINERÍA CHILENA que, históricamente, esta industria ha sido una fuente relevante de emisiones atmosféricas debido a los niveles de actividad asociados a la explotación, procesamiento, fundición y refinamiento de minerales, incluyendo la generación de material particulado en sus distintas fracciones y gases como SO2 y NOX.
Agregan en un escrito entregado a este medio de comunicación que, en los últimos años, “se ha observado un esfuerzo importante de la mediana y gran minería en Chile para mejorar su desempeño ambiental, invirtiendo en tecnología para controlar y reducir sus emisiones. Las compañías que más lo han hecho son aquellas emplazadas cerca de comunidades y de sitios con valor ambiental. Es el caso de Cerro Colorado y Carmen de Andacollo. Y el proyecto Los Bronces Integrado de Anglo American incorporó desde su diseño variables claves de sustentabilidad”.
Para seguir avanzando, en Myma apuntan a la implementación de sistemas de gestión de caminos en las faenas mineras para una reducción mayor de las emisiones de material particulado.
En diversos casos las mejoras han sido “empujadas” por la formulación de cargos por porte de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) luego de detectar desviaciones a las normas. “Los más recurrentes y transversales se refieren al incumplimiento de medidas de mitigación y compensación relativas al manejo de las emisiones en las instalaciones. Entre las primeras destacan las asociadas al control de material particulado de caminos (riego y/o aplicación de estabilizadores); sistemas de conminución (barreras, filtros, encapsulamientos); sistemas de traslado de minerales (encapsulamiento de correas); tronaduras (horarios y control de condiciones atmosféricas); y acopios de minerales (riego, aplicación de estabilizadores, barreras, encapsulamientos), entre otras”, comentan desde la entidad.
Añaden que el no acatamiento de tales medidas, en particular las de mitigación, “ha cobrado mayor relevancia cuando existe población cercana a las distintas unidades fiscalizables por la SMA. Un caso ejemplificador ocurre en Andacollo”.
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