La medida se debe a dos infracciones vinculadas a la falta de una Resolución de Calificación Ambiental y al incumplimiento de una instrucción de carácter general asociada a la caracterización de las descargas de residuos industriales líquidos.
La Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) formuló cargos a la empresa Placeres Recursos Mineros Limitada, propietaria de “Lavadero de Oro Danyka 7”, por dos infracciones vinculadas a la falta de una Resolución de Calificación Ambiental (RCA) y al incumplimiento de una instrucción de carácter general asociada a la caracterización de las descargas de residuos industriales líquidos (RILes).
La operación minera contempla la explotación de un total de 5,68 hectáreas durante un período de 2 años. Su ejecución considera la utilización de una planta de lavado móvil-flotante cuyo objeto es efectuar la clasificación húmeda y concentración gravitacional del oro, utilizando además un conjunto de piscinas de sedimentación para el tratamiento físico de los efluentes del lavado de minerales previo a su descarga a cursos de agua superficiales.
En detalle, el titular del proyecto ubicado en la comuna de Porvenir, Región de Magallanes y de la Antártica Chilena, fue sancionado por “la ejecución de un proyecto minero efectuando drenaje o desecación de terrenos con presencia de turberas sin contar con RCA” y por “no efectuar calificación de fuente emisora a los residuos industriales líquidos generados como resultado del proceso de lavado de gravas auríferas que son descargados a cursos de agua superficiales”.
Por este motivo, la SMA ordenó a la empresa tres medidas provisionales de carácter procedimental por un plazo de 30 días corridos. La primera consiste en la prohibición de construir o habilitar nuevos canales de drenaje en el área de desarrollo del proyecto. La segunda prohíbe la descarga de efluentes líquidos provenientes del proceso de lavado de minerales hacia cuerpos o cursos de agua y, por último, el monitoreo de la calidad de las aguas del Río del Oro.
Al respecto, Andy Morrison, Jefe Oficina Regional SMA Magallanes explicó que “las turberas son ecosistemas altamente sensibles, por lo cual, su intervención y particularmente su drenaje constituye un importante riesgo de alteración de los ciclos hidrológicos en las áreas afectadas, permitiendo además la liberación a la atmósfera del CO2 almacenado y generando la pérdida de hábitat para diversas especies de plantas y animales”.
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