En el marco del proyecto de cooperación triangular para la fiscalización ambiental entre Perú, Chile y la cooperación alemana para el desarrollo, implementada por la GIZ, se llevó a cabo un taller de intercambio de experiencias donde se presentó las perspectivas y desafíos de la instrucción general dictada en enero de este año 2022 por la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) de Chile para la vigilancia ambiental de depósitos de relaves mineros.
Esta instrucción es parte de las acciones desplegadas en la Estrategia que esta Superintendencia se encuentra impulsando para la fiscalización de relaves en el país, siendo fruto de un trabajo colaborativo con el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) y la Dirección general de Aguas (DGA) para definir un estándar de monitoreo común a nivel nacional, con énfasis en el componente “Agua” y en vigilar la estabilidad química de las instalaciones con el uso de las últimas tecnologías informáticas disponibles.
Rubén Verdugo, jefe de la División de Fiscalización de la SMA, recalcó al inicio del taller que se está buscando “tener una mirada preventiva respecto a los proyectos, sobre todo en minería”.
En ese sentido, agradeció el apoyo de la cooperación alemana para el desarrollo, implementada por la GIZ (Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit) para la jornada de colaboración, y recalcó la necesidad de este tipo de instancias para “ir diseminando conocimientos desde la SMA de Chile y Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) de Perú. En el área minera podemos compartir experiencias con Ecuador, Bolivia y Argentina en su zona norte. En la medida que nuestras instituciones fortalecen sus competencias, es importante diseminarlo al resto de la región”.
Finalmente, indicó que “este proyecto de cooperación, así como esta instrucción en particular nos desafía a innovar, a gestionar la fiscalización desde el ámbito preventivo y a comunicar de manera oportuna y sistemática nuestras acciones”, destacó.
Fiscalización minera
Luego, el especialista de la sección de Recursos Hídricos y Biodiversidad de la División de Fiscalización, Sergio Vilches, realizó la exposición sobre el contexto general de la nueva instrucción de relaves y los casos que se están revisando en esta materia. En ese sentido, Vilches explicó que Chile es el tercer país con más depósitos de relave en el mundo, sólo superado por China y EE.UU., con alrededor de 750 depósitos, ubicados mayormente en la zona norte.
Agregó que, para la SMA, la fiscalización de los temas ambientales asociados a la minería es un foco de gestión importante, dentro de lo cual el seguimiento del recurso hídrico asociado a los depósitos de relave es un eje prioritario. Al respecto, destacó el trabajo coordinado de la SMA con otros organismos públicos como el SERNAGEOMIN y la DGA, dado que los tres organismos en conjunto se encargan de la fiscalización de las temáticas de estabilidad química en los depósitos de relave.
Respecto al seguimiento de los datos de monitoreo de estas instalaciones, acotó que “desde la SMA nos hemos visto en la necesidad de gestionar mejor la información que recibimos: tenemos un alto volumen de informes de seguimiento ligados al sector minero. Por ello, se definieron criterios uniformes para el monitoreo y la reportabilidad en depósitos de relaves y se está trabajando en generar una plataforma de gestión y visualización de datos donde los distintos servicios públicos con competencia puedan tener acceso, y a futuro, también se contempla dejar este recurso disponible para la ciudadanía”, explicó Vilches.
En esta misma línea, contó la experiencia de un plan piloto desarrollado en conjunto con el Sernageomin, donde ya se está trabajando en hacer seguimiento en línea de datos físico-químicos de un depósito de relaves de la minera Anglo American en la Región Metropolitana.
Asimismo, relevó la importancia de la instrucción general para depósitos de relave, dictada en enero de 2022, por cuanto contribuye a estandarizar el seguimiento ambiental de estas instalaciones. “En Chile tenemos depósitos regulados por permisos muy antiguos, con menos compromisos de monitoreo, y a la vez otros más nuevos, con más requisitos y obligaciones, razón por la cual se requiere disminuir esta brecha por medio de la instrucción general que fue recientemente dictada”, explicó Vilches.
A modo de resumen: la instrucción general aplica a todos aquellos depósitos de relave que cumplen la condición de haber iniciado su depositación y no haber comenzado la ejecución de su plan de cierre, y que a la vez cuenten con al menos con una Resolución de Calificación Ambiental favorable. En tanto, sus plazos y obligaciones fueron diferenciadas según el tamaño de las instalaciones, considerando un primer grupo de grandes depósitos de relave (instalaciones con más de 100 millones de toneladas), y un segundo grupo con el resto de los depósitos (instalaciones con menos de 100 millones de toneladas). En un primer hito, los titulares deberán realizar el catastro de sus puntos de monitoreo y parámetros en los sistemas informáticos de la SMA, para luego iniciar con el reporte electrónico (para datos discretos) y finalmente la conexión en línea (para datos continuos), según corresponda.